La extravangancia de Rivera del Río un Hotel Boutique de Lujo en el corazón de Puerto Vallarta
Lo que nos gustó de Puerto Vallarta es la versatilidad que tiene para ofrecer a los turistas experiencias muy específicas y en lugares casi secretos que una vez descubiertos quedas asombrado, la magia de Puerto Vallarta es la actitud de la gente que vive ahí, que se reinventa y adopta estilos de vanguardia pero sin perder la escencia romántica que tanto ha caracterizado a este destino de Jalisco que tiene paisajes únicos de montañas, rios, arena y mar.
La experiencia que vivimos en cuanto a hospedaje estuvo lleno de sorpresas porque no teníamos idea de cómo era era el lugar que nos recomendaron, simplemente nos dejamos llevar. El hotel está ubicado en la zona antigua de Puerto Vallarta a la orilla del rió Cuale es una zona pintoresca, nada turística, muy local, de hecho algunas calles no están pavimentadas pero eso le da un encanto auténtico, la fachada del hotel no te dice mucho sobre el estilo, una casona de tres pisos y un letrero discreto que dice Rivera del Rio Hotel Boutique. La sorpresa que te llevas cuando subes las escaleras para llegar a la recepción es indescriptible, quizá es diferente para cada huésped pues el diseño es ecléctico, elegante y para nosotros fue extravagante.
Algo importante que hay que mencionar es que toda la casa está decorada por expertos artistas visuales que hacen de todo el lugar una obra de arte. Aunque está catalogado como B&B francamente supera eso, cada espacio es un lujo exquisito, las cuatro suites y cuatro habitaciones tienen su propia personalidad. Nosotros estuvimos en Alejandro Penthouse Suite. Cuando subes a esta suite no imaginas que entrarás a un espacio súper fancy, amplio, lleno de texturas, colores discretos y además con una de las mejores vistas del antiguo Puerto Vallarta, la terraza es un fino escape a estar en contacto con el exterior, pareciera que estás en alguna ciudad europea viendo pasar el río en una zona montañosa. Los ventanales le dan un toque de libertad, además tiene un sala privada por si quieres ver la tv, hay una cocina con un sutil diseño vanguardista que seguro los inspirará para cocinar un platillo muy romántico, la luz del atardecer que entra por las ventanas de ese espacio es cálido, todo se tiñe de un suave dorado.
Nos gustó que la atención es muy personalizada, el dueño de la propiedad a veces te recibe y si no está él los encargados son muy amables. Tienes todo lo necesario, desde un buen desayuno incluido, conexión WiFi hasta un pool bar súper chic donde tu mismo te conviertes en el bar tender. También cuentan con masajistas que pueden ir a la habitación para un tratamiento de relajación.
Esta experiencia para nosotros fue única, es un hotel con encanto, ideal si vas en pareja o con amigos. Muy amable el entorno, gayfriendly también y seguro disfrutarán cada espacio que si lo observan con atención encontrarán detalles muy especiales, pues es casi un museo con piezas únicas e irrepetibles. Un bon vivant seguro quedará convencido que hay lugares secretos que se convierten en toda un fantasía al viajar.
Para una experiencia personalizada de viaje a Puerto Vallarta les recomendamos a Rocío Martínez
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